Me enamoré de tu rostro
en Facebook.
Tu mirada cálida y pura,
tu sonrisa serena y clara,
tu porte al aire elocuente.
Entraste a mi conciencia.
Prendiste la luz
de mis ojos abiertos
que sonrieron al verte
viviendo el presente.
Quise entrar en la escena
a sentarme a la mesa
y compartir una copa,
una copa llena...
Pero descubrí al instante
otra compañía
que me robó el vino
y se sentó a tu lado
plácidamente...
complaciente...
Cipriano