viernes, 29 de julio de 2016

DONACIÓN DE ÓRGANOS

Dono mis ojos, los doy voluntariamente
a aquellos que no quieren ver las diferencias.
Dono mis oídos, para que escuchen sonetos.

Dono mi olfato, lo doy voluntariamente
a aquellos que no quieren saber de fragancias.
Dono mi memoria, para perpetuar mis recuerdos.

Dono mi lengua, la doy voluntariamente
a aquellos que callan y son indiferentes.
Dono mi boca para que hablen de injusticias.

Dono mi rostro, lo doy voluntariamente
a aquellos que les han robado el suyo.
dono mis cuerdas bucales para cantar melodías.

Dono mis pulmones, los doy voluntariamente
a aquellos que quieren respirar aire puro.
Dono mi estómago para digerir enseñanzas.

Dono mi corazón, lo doy voluntariamente
a aquellos que no se sienten amados.
Dono mi hígado para limpiar conciencias.

Dono mis manos, las doy voluntariamente
a aquellos que quieren servir, no ser servidos.

Dono mis pies, los doy voluntariamente
a aquellos que quieren andar nuevos caminos,
perpetuando mis pasos, pasos frescos
ávidos de andar.

Dono mis órganos, los doy voluntariamente
para con ellos construir una nueva humanidad
que se da a los otros sin reservas
por amor, y sólo por amor,
porque es lo único que nos puede transformar
en hombres de paz.

                                                                              Cipriano

jueves, 21 de julio de 2016

EL CUERPO DE LA PAZ

A la paz hay que restituirle su cuerpo,
porque tiene muchas fracturas y heridas. 
Todos la hemos flagelado al extremo.

La paz tiene fracturas y heridas de secuestro. 
Le hemos amputado sus piernas con minas quiebra-patas; 
le hemos sacado sus ojos con violencia
entre políticos, fuerzas armadas, guerrilla, paracos, narcos, 
y demás grupos armados organizados.
Le hemos desfigurado el rostro
con el ácido de la indiferencia y de la intolerancia;
La paz "anda" ahora en silla de ruedas.

A la paz hay que restituirle su cuerpo.
Engendrado desde sus propias entrañas,
un cuerpo nuevo fecundado
con el óvulo de la justicia y el semen de la libertad,
únicamente posible desde el perdón y el olvido
de los actores humanos que la hemos lacerado y abatido.

Dejemos que la semilla de la paz se geste
para empezar de nuevo a construir juntos
un mundo justo y libre
en donde todos participemos
respetando las diferencias.
                                               
                                               Cipriano

lunes, 11 de julio de 2016

AMÉRICA

Aquí, los dioses y los hombres se confunden
a pesar de sus diferencias.

El tiempo humano al igual que el tiempo de los dioses
es un tiempo presente y cíclico.

Aquí, el pasado es un mero reflejo del presente
y el futuro aún no existe, es incierto.

Como los dioses,
los hombres vivimos el "ahora".

El "aquí" y el "ahora" es lo único que importa...
a los dioses y a los hombres:

Se vive y se muere,
en el tiempo presente;
Se ama y se odia,
en el tiempo presente;
en este instante,
encerrado en la eternidad de lo que somos:
"Hombres que juegan con los dioses
el juego de ser dioses de sí mismos."

                                                                Cipriano