viernes, 26 de mayo de 2017

UN CANTO A LA EXISTENCIA

Un canto a la existencia
tal vez no sea necesario
pues ella misma es canto,
llena de risa y llanto.

Canto es aquello que siento
y hasta aquello que callo;
a veces canto como queja,
otras tantas como llanto,
y otras como amando
lo que soy y mis recuerdos.

Canto a veces para ti,
a veces para nadie.
Solo estoy en mis versos
que otros leerán por mí,
entre letras extrañas
que transmutan existencias
y forman otros cantos.

La vida misma es canto
desde que aparece el llanto:
el niño que viene al mundo
le grita a éste el lamento
de haber nacido desnudo
en un mundo de extraños.

Cantamos en cada aurora,
si hace frío o calor,
si se despierta al amor
o al desamor,
o simplemente se vive
un día más de existencia.

La misma vida es un canto
que desprecia la muerte,
porque se llega al final
de un concierto de tangos
que se espera perduren,
en la vida y en el tiempo,
por siempre, eternamente.

Cantamos para vivir,
como si el canto
nos hiciera eternos...
e inmunes a la seca muerte
que nos coge de los cabellos
y nos revuelca en el lodo
de lo que somos:
sombras de la nada.

                                         Cipriano   

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