Amantes del fuego
y de la tibia sangre.
Herejes del Amor
y la compasión humana.
Se reían del dolor,
se burlaban del Señor
que escribía sus principios
en su alma y en su piel.
Sanguinarios siempre fueron.
Secuestradores de cuerpos,
fornicadores lascivos
que robaban las pasiones
que nacían del corazón.
Ladrones de sueños,
lapidadores de pobres,
usurpadores de tronos,
esclavizadores de pueblos.
Cipriano
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