Mátame suavemente.
Empieza con el corazón,
desgarrándolo de dentro hacia fuera;
así te darás cuenta
que todo mi ser se desborda,
se da sin límites de espacio y tiempo.
Mátame suavemente.
Despacio y sin pausa,
contemplando mi rostro mientras lo haces;
verás qué profundo es el sufrimiento,
cuando se sufre por amor,
por un amor puro y fiel
que todo lo entrega...
hasta la propia vida.
Cipriano
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